Cada cierto tiempo; leemos o escuchamos de un amigo, familiar, radio, televisión, publicidad, internet, etc. Lanzamientos de nuevos productos (por lo general dispositivos electrónicos), que nos permiten cada vez estar mejor informado.
Me pregunto ¿Qué tan adicto somos a la información?
Cada vez, en mi diario vivir (restaurantes, supermercado, banco, cine, teatro, trabajo, etc.) personas conectadas sin importar el medio. Simplemente teniendo acceso a la información de una manera más rápida y accesible; estar constantemente actualizados, a intentar que no se nos escape nada, a estar comunicados permanentemente con los demás.
Cada vez, en mi diario vivir (restaurantes, supermercado, banco, cine, teatro, trabajo, etc.) personas conectadas sin importar el medio. Simplemente teniendo acceso a la información de una manera más rápida y accesible; estar constantemente actualizados, a intentar que no se nos escape nada, a estar comunicados permanentemente con los demás.
Y para conseguirlo, claro, nada mejor que Internet -y lo mismo pasa con los videojuegos, claro- y su flujo imparable de información actualizada al segundo las 24 horas del día y los 365 días del año.
La proliferación de dispositivos inteligentes permanentemente conectados y la popularización de las redes sociales han creado nuevas necesidades entre los usuarios, y prevé que esto se convierta en una adicción.
El estudio "The world unplugged" del "International Center for Media & the Public Affairs" (ICMPA) junto a la "Salzburg Academy on Media & Global Change" en el que han pedido a 1.000 estudiantes de diez países en los cinco continentes que, durante 24 horas, se desconeten de cualquier medio de comunicación, de ordenador a móvil.
Los resultados fueron:
1.- Adicción y depresión. Los estudiantes muestran la necesidad física de conectarse y síntomas de dicha adicción. Asimismo, muchos se muestran ansiosos por volver a utilizar sus medios de comunicación habituales y eso lleva a algunos a mostrarse deprimidos... sólo en 24 horas.
2.- Imposibilidad de desconexión. La mayoría de los estudiantes que aceptaron someterse al estudio no consiguen aislarse durante las 24 horas requeridas, sea por descuido o porque, en muchos países, es imposible no estar expuesto a un medio de comunicación en algún momento del día.
3.- Sensación de amputación. Teléfonos, ordenadores, tabletas y otros dispositivos se han convertido en una extensión de cada uno. No llevarlos, para estos estudiantes, es sentirse amputado.
4.- Necesidad. En muchos casos, estar conectados 24/7 no es un capricho, sino una necesidad para manejarse en sociedad. Y las redes sociales tienen gran parte de responsabilidad en este punto.
5.- Elaboración de diferentes roles. Según la herramienta que usen, los estudiantes adoptan diferentes papeles porque saben que tienen públicos distintos. No es lo mismo una red social que escribir un correo electrónico profesional.
6.- Soledad latente. En muchos casos los estudiantes se dieron cuenta de que sin la posibilidad de utilizar medios de comunicación estaban solos. Sin nadie a su alrededor. Y algunos de ellos llegaron a la conclusión de que viven demasiado deprisa.
7.- Sin recursos alternativos. Sin móvil, sin ordenador, sin televisión, la mayor parte de los sujetos del estudio no supieron qué hacer. Se aburrieron y no encontraron alternativas.
8.- El móvil es lo más importante. Los teléfonos móviles no sólo sirven a los estudiantes para hablar -que también-, sino que se ha convertido en la herramienta central de sus vidas: desde su alarma hasta su agenda y calendario. Vivir sin móviles es hoy casi impensable.
9.- "Noticias", un término difuminado. Los grandes periódicos y las televisiones ya no son el centro del universo informativo. Ahora todo cuenta y, según las conclusiones de este informe, todo lo que pasa es noticia sea una información periodística, un mensaje en Twitter o una búsqueda en Google.
10.- Las noticias ya no se buscan, llegan. Para los estudiantes del estudio, cada vez hay menos medios de referencia. O al menos no acuden a ellos en el día a día. Es decir, no buscan noticias, sino que las noticias les llegan por una variedad de vías tan grande como incontrolable por los medios.
11.- Con 140 caracteres basta. Los SMS y Twitter han habituado a los estudiantes del estudio a recibir noticias escritas en 140 caracteres. Y no necesitan más. Son lectores de titulares, no de grandes reportajes salvo que estén muy interesados en ellos.
12.- La televisión es para relajarse. Lo que estos estudiantes buscan en la tele es entretenimiento. Y a ser posible, a la carta. Los informativos de la tele, para ellos, están prácticamente muertos.
13.- La música es un estado de ánimo. Utilizar un medio de comunicación unipersonal y ponerse unos cascos es lo más habitual para los estudiantes que han participado en el estudio. Y según la situación o el estado de ánimo escogen canciones diferentes.
14.- Para trabajar, el correo electrónico. Las redes sociales no han sustituido al correo electrónico, según las conclusiones del estudio. Pero sí lo han convertido en algo mucho más formal, en una herramienta de trabajo.
15.- Necesidad de simpificar. Pese a todo, los estudiantes que lograron pasar 24 horas sin medios de comunicación se dieron cuenta de que hacían demasiadas cosas a la vez, de que iban demasiado rápido y de que hay alternativas. Sin teléfono aprendieron a escuchar mejor y sin ordenador a prestar atención a una sola cosa.
3.- Sensación de amputación. Teléfonos, ordenadores, tabletas y otros dispositivos se han convertido en una extensión de cada uno. No llevarlos, para estos estudiantes, es sentirse amputado.
4.- Necesidad. En muchos casos, estar conectados 24/7 no es un capricho, sino una necesidad para manejarse en sociedad. Y las redes sociales tienen gran parte de responsabilidad en este punto.
5.- Elaboración de diferentes roles. Según la herramienta que usen, los estudiantes adoptan diferentes papeles porque saben que tienen públicos distintos. No es lo mismo una red social que escribir un correo electrónico profesional.
6.- Soledad latente. En muchos casos los estudiantes se dieron cuenta de que sin la posibilidad de utilizar medios de comunicación estaban solos. Sin nadie a su alrededor. Y algunos de ellos llegaron a la conclusión de que viven demasiado deprisa.
7.- Sin recursos alternativos. Sin móvil, sin ordenador, sin televisión, la mayor parte de los sujetos del estudio no supieron qué hacer. Se aburrieron y no encontraron alternativas.
8.- El móvil es lo más importante. Los teléfonos móviles no sólo sirven a los estudiantes para hablar -que también-, sino que se ha convertido en la herramienta central de sus vidas: desde su alarma hasta su agenda y calendario. Vivir sin móviles es hoy casi impensable.
9.- "Noticias", un término difuminado. Los grandes periódicos y las televisiones ya no son el centro del universo informativo. Ahora todo cuenta y, según las conclusiones de este informe, todo lo que pasa es noticia sea una información periodística, un mensaje en Twitter o una búsqueda en Google.
10.- Las noticias ya no se buscan, llegan. Para los estudiantes del estudio, cada vez hay menos medios de referencia. O al menos no acuden a ellos en el día a día. Es decir, no buscan noticias, sino que las noticias les llegan por una variedad de vías tan grande como incontrolable por los medios.
11.- Con 140 caracteres basta. Los SMS y Twitter han habituado a los estudiantes del estudio a recibir noticias escritas en 140 caracteres. Y no necesitan más. Son lectores de titulares, no de grandes reportajes salvo que estén muy interesados en ellos.
12.- La televisión es para relajarse. Lo que estos estudiantes buscan en la tele es entretenimiento. Y a ser posible, a la carta. Los informativos de la tele, para ellos, están prácticamente muertos.
13.- La música es un estado de ánimo. Utilizar un medio de comunicación unipersonal y ponerse unos cascos es lo más habitual para los estudiantes que han participado en el estudio. Y según la situación o el estado de ánimo escogen canciones diferentes.
14.- Para trabajar, el correo electrónico. Las redes sociales no han sustituido al correo electrónico, según las conclusiones del estudio. Pero sí lo han convertido en algo mucho más formal, en una herramienta de trabajo.
15.- Necesidad de simpificar. Pese a todo, los estudiantes que lograron pasar 24 horas sin medios de comunicación se dieron cuenta de que hacían demasiadas cosas a la vez, de que iban demasiado rápido y de que hay alternativas. Sin teléfono aprendieron a escuchar mejor y sin ordenador a prestar atención a una sola cosa.
Saludos,
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